Dame sabiduría paciencia y amor a mi vocación.
Renueva mi entusiasmo por enseñar y permanecer conmigo
en cada una de mis clases.
Dame un corazón atento y sensible para comprender, amar, ayudar
y formar las vidas que haz puesto a mi cuidado.
Que nunca, Señor, falte a la verdad y cada niño, adolescente o
joven que pase por mi aula quede iluminado por tu presencia.
Te pido, Señor que me bendigas y te doy gracias por ser
el Único y Verdadero Maestro
Amen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario